viernes, 27 de mayo de 2016

ABRAZOS PENDIENTES

Plegarias de ausentes,
de distancias,
de anhelos,
los besos no dados
y los abrazos pendientes
en mi piel y en sueños
se anudan como sirenas,
anfibias serpientes
que delicadas se miran,
se tocan, se dicen,
se escuchan, se encienden.

Del río enamorado al templo del amor
el agua las mece, la piedra las junta.
Del templo ilustrado al río veloz,
la piedra las fija, el agua las usa.

Los abrazos pendientes
son eros erosionados,
que renacen sin embargo de su fuga
y en los espejos del tiempo y del agua
en mi piel se multiplican.

viernes, 20 de mayo de 2016

UN BESO LARGO



Un beso largo es eso

que el tiempo desconoce,
tiene horizontes lejanos,
caminos que se pierden
de un lado al otro
entre mi sangre
y la comisura
de tus labios.

Un beso largo
es mucho más largo
que el mismo beso:
comienza siendo anhelo,
ansia y sed y hambre,
sigue corriendo en el tacto
cuyo órgano es todo el cuerpo.
Te toca con los labios
y allá y más allá mi piel se eriza
y todos los sabores agradables
se despiertan en la lengua,
fruta madura,
pulpa y perfume,
vainilla si te gusta,
plenitud y fugacidad del mango,
por ejemplo.
Un beso largo se apodera de los oídos
y es música y la saliva canta.
Sigue y gira y sigue
hasta en recuerdos danzando
porque  un beso largo,
de verdad, nunca termina.

De lejos un beso largo
parece estatua de piedra
pero es suave y fresco
y a su manera, eterno.
Se extiende siempre
hacia adentro,
y viaja de arriba a abajo
entre tus bocas.

Un beso largo tiene manos,
dibuja, abraza, ilumina.
Un beso largo es creativo,
es instintivo, es reflexivo,
y un poco salvaje,
por naturaleza.
Un beso largo es,
algunas veces, diminuto
y lleva siempre en su gracia
una pizca de torpeza. 


*